
Piezas creadas con las helechas del valle. Se trata de un tipo de helecho presente en la vida cotidiana de los pueblos. Se empleaba, entre otros muchos usos, cuando se amasaba pan: se hacían escobas de helechas y se barría el horno antes de cocerlo.
En jatera les damos su pequeño homenaje estampándolas sobre la loza. El resultado nos evoca al bosque, pero también a la vida cotidiana rural. Toda la colección se caracteriza por sus tonos verdosos y por una textura que queda intensamente marcada.
Piezas creadas con distintos elementos de la diversidad forestal de nuestro entorno. En cada una de ellas queda impresa la forma singular de lo que recogemos: la silueta de una hoja, una pequeña rama o la impresión de una semilla…
Son piezas sencillas, funcionales y que conectan lo cotidiano con lo silvestre, lo útil con lo natural.

Piezas estampadas con elementos de nuestro huerto: hojas de berza, flores de guisantes o alubias, panojas…, que cuidamos para nuestra casa y que algunas de ellas, se cuelan en nuestro taller. Las llevamos al barro para dejar constancia de su forma, su textura y su presencia, como fragmentos de un saber compartido
El resultado son piezas rústicas y expresivas, que celebran el vínculo con la tierra trabajada. Un homenaje a lo cotidiano.

Piezas estampadas con flores de lavanda de nuestro jardín. Las usamos recién recogidas y también una vez secas, cuando su forma se vuelve más frágil pero igual de hermosa. Mientras trabajamos con ellas, su envolvente olor llena el taller.
El resultado son piezas elegantes y sencillas, pensadas para el uso diario, con la impresión de una planta que evoca tanto con tan poco.
Piezas estampadas con una gran variedad de pequeñas flores y hojas silvestres: prímulas, tréboles, hinojos, llantén, diente de león… Las recogemos en nuestros paseos y en los alrededores de nuestro taller, cuando están frescas, y las llevamos al barro para capturar su forma y su textura.
Cada pieza conserva el gesto sencillo de esa recolección casi infantil, como quien hace un ramillete. Florucas es una colección viva y cambiante, que sigue el ritmo de las estaciones y celebra lo silvestre, lo espontáneo, lo que brota sin pedir permiso.